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La tecnología: el debate continúa

Desde hace años se viene dando el debate sobre si la tecnología es beneficiosa o perjudicial. Hay bibliotecas enteras que opinan en una dirección y otras que opinan en la dirección contraria. Acá un aporte más a ese debate.

Antes de comenzar a debatir sobre el tema central de esta nota, hagamos una reseña de lo que se entiende por tecnología y su evolución a lo largo de la historia.

Según la Real Academia Española, se entiende por Tecnología:

1. f. Conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico.

2. f. Tratado de los términos técnicos.

3. f. Lenguaje propio de una ciencia o de un arte.

4. f. Conjunto de los instrumentos y procedimientos industriales de un determinado sector o producto.

Una primera interpretación es que el término tecnología es mucho más amplio que lo que en la actualidad se intenta imponer, se escucha hablar de empresas tecnológicas o de acciones tecnológicas en el mundo de las finanzas refiriéndose al grupo de organizaciones que desarrollan tecnología informática y de comunicación mientras que crea o usa tecnología toda empresa que produce una transformación de materias primas en productos que satisfagan alguna necesidad o agregue valor.

Durante la historia, la tecnología fue acompañando la evolución del ser humano.

En las eras prehistóricas, la edad de piedra y de los metales, el desarrollo tecnológico fue enorme, aunque hoy nos parezca insignificante, el hombre pudo hacer las herramientas que necesitaba para poder acceder, procesar y comer sus alimentos, cazar, labrar la tierra, etc. sin tener que usar sus manos. La civilización romana aprendió a canalizar el agua y trasladarla a lugares alejados de su fuente para mejorar la agricultura y tenerla disponible para el consumo en el lugar de asentamiento.

En la Edad Media, el desarrollo por excelencia lo constituyó la imprenta, que permitió la transmisión de conocimientos de manera no verbal y masiva.

A partir de la Revolución Industrial, a mediados del siglo XIX el crecimiento de los descubrimientos científicos sostenidos por los desarrollos tecnológicos comenzó a ser exponencial. La máquina de vapor, la lámpara eléctrica, el telégrafo, el automóvil son de los exponentes más importantes. Durante el siglo XX ese crecimiento desenfrenado continuó pudiendo citar el avión, la computadora, la televisión, satélites, la carrera espacial, los rayos X y toda la tecnología médica, etc.

Ya en nuestros días, la tecnología está centrada en el desarrollo de sistemas sofisticados de comunicaciones y de información, los celulares, el mundo cripto, las redes sociales, la impresión 3D, etc.

Los descubrimientos y la aparición de nuevas herramientas producidas a través de la tecnología fueron clave para el desarrollo humano y de las sociedades. La tecnología aporta grandes descubrimientos que permiten mejorar la producción, ahorrar tiempo, aumentar la calidad de vida, facilitar la vida en sociedad, acortar distancias, conocer el planeta.

Sin embargo, este análisis estaría incompleto si no mencionamos, como resultado de la tecnología, el desarrollo de material bélico cada vez más sofisticado cuya mayor triste celebridad han sido y son el armamento nuclear y las consecuencias negativas para el medio ambiente, contaminación de la tierra, cursos y reservorios de agua y de los mares, destrucción de la capa de ozono, el efecto invernadero, etc. Es el precio que se tuvo que pagar hasta tomar conciencia de esos efectos y que aún hoy se están pagando al tiempo que se ha mejorado la legislación y los controles, principalmente en los países centrales, y se ha establecido compromisos para reducir las consecuencias.

La tecnología está tan presente en nuestra vida que hoy seríamos sencillamente incapaces de vivir sin ella. Sino hagamos la prueba, aunque sea una abstracción mental, de vivir sin tecnología, son luz eléctrica, sin agua potable por red, a la intemperie, recogiendo frutos o cazando con nuestras propias manos, imaginemos que podemos vivir un tiempo, pero el día que no alcancemos a la fruta que queremos cortar y agarremos un palo con forma de gancho para sacarla del árbol, estaremos poniendo en marcha la rueda de la tecnología.

Tanta es la importancia de ella, que en el mundo existen muchísimas instituciones relacionadas con ella, abordándola desde distintos flancos.

Por citar algunas de nuestro país: el INTI, Instituto Nacional de Tecnología Industrial, el INTA, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, la CNEA, Comisión Nacional de Energía Atómica, desarrolladores de tecnologías en sus respectivos ámbitos de incumbencia. El Instituto Balseiro y la Universidad Tecnológica Nacional, entro otras, desde lo académico formando profesionales con excelente nivel y alta sensibilidad social a lo largo y ancho del país como, por ejemplo en nuestra región, mi entrañable Facultad Regional La Rioja.

Presentado y abordado el tema de la tecnología, podemos entonces intentar aportar una visión más al debate sobre los beneficios o perjuicios de la misma. Para ello, propongo que intentemos captar lo que nos produce el siguiente símbolo:

Para el que no lo conoce, es el símbolo universal de la energía nuclear o energía atómica y seguramente despertará distintas sensaciones dependiendo de cómo nos imaginamos que se completa esa figura.

Si lo imaginamos acá, en una ojiva nuclear, arma de destrucción masiva súper poderosa, seguramente la sensación será altamente negativa, afirmaríamos que la tecnología es muy prejudicial ya que lleva a la destrucción como ya ocurrió allá por agosto de 1945 en Hiroshima y Nagasaki.

Si la vemos acá, en cambio, nos despertará la sensación de vida, de una esperanza de diagnóstico o curación como ocurre diariamente en todo el mundo a millones de personas que mejoran su calidad de vida o que simplemente, gracias a ella, siguen viviendo.

Por lo tanto, la mejor conclusión que podemos sacar es que la tecnología no es en sí misma buena o mala, sino que será buena o mala en función del uso que le demos, de lo que se haga con ella. En definitiva, para desarrollar la tecnología se requiere del conocimiento, para hacer un buen uso de la misma se requiere de sabiduría.

Pero el debate sigue abierto y las opiniones son siempre muy bien recibidas.

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