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Claves para aumentar la resistencia en el running

Se debe realizar un entrenamiento de ocho kilómetros, corriendo de manera progresiva.

Cuando un runner entrena para un objetivo deportivo, se suele dividir la rutina en trabajos que buscan desarrollar la velocidad máxima, con sesiones de trotes o rodajes prolongados, con el foco de mejorar la resistencia.

Existen algunos entrenamientos en los que se pueden trabajar al mismo tiempo tanto la velocidad como la resistencia. Estos ejercicios son las sesiones progresivas, en las que el runner se enfoca en realizar de manera gradual una combinación de velocidad y resistencia.

El propósito de este tipo de entrenamiento es regular el sistema aeróbico, mientras seguimos corriendo con un esfuerzo de alta intensidad.

Correr de manera progresiva

Al realizar un entrenamiento progresivo, se inicia corriendo durante los primeros tramos a un ritmo cómodo y que sea fácil de llevar para el runner.

De a poco, se debe elevar el nivel de intensidad, hasta finalmente llegar a correr a una velocidad estimada en una carrera de 5 kilómetros, es decir, a un ritmo exigente y que no lo podremos sostener por demasiado tiempo.

Un tipo de entrenamiento muy efectivo y completo, que demuestra los resultados de este trabajo se da en una sesión de tan sólo ocho kilómetros, mientras que también optimiza el tiempo del runner.

Un entrenamiento de 8k

El trabajo principal se debe hacer tomando como referencia el tiempo más reciente en una carrera o test de cinco kilómetros.

Los pasos del entrenamiento:

  • Inicio. Realizar una entrada en calor recorriendo una distancia de dos kilómetros a un ritmo suave.
  • Bloque principal. Se debe correr cinco kilómetros de manera progresiva, acelerando al pasar cada kilómetro, empezando con un ritmo más lento que nuestra última carrera, aumentando gradualmente y finalizando en los últimos mil metros con el tiempo de carrera.
  • La importancia de los ritmos. A medida que la velocidad aumenta, el cuerpo comenzará a fatigarse, por lo que es importante respetar los ritmos. El empezar demasiado rápido o lento, hará que luego se vuelva muy complicado lograr hacer de manera correcta el entrenamiento, respetando la progresión.
  • Tramo final. Correr los últimos mil metros de la misma manera que se realizó la entrada en calor, a un ritmo muy suave. Hay que tener en cuenta que esta vuelta a la calma es sumamente importante, porque forma parte de la recuperación, de cara a los entrenamientos futuros.

Este tipo de sesiones puede brindar también una forma divertida de entrenar e insumirá poco tiempo para llevarlo a la práctica, comparado con otro tipo de trabajos. A la vez, se realizará una jornada completa, enfocada en beneficiar a nuestro cuerpo como a la mente, además de ganar en velocidad.

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